jueves, junio 14, 2018

RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE COMO ESPOSO





                                                                                 

Maridos, amad a vuestras mujeres,
así como Cristo amó a la iglesia,
 y se entregó a sí mismo por ella
Efesios 5:25


Hoy día que crece el índice de divorcio, matrimonios que viven en frustración porque no han logrado ser felices. Ya que dentro el mismo no existen las condiciones para que ambos exploten su potencial,  para lo cual fueron creados.

La Palabra de Dios es muy clara y es un manual, para tener un matrimonio exitoso. Dicho amor no debe ser manifiesto solo en el plano económico. Sino en el área, espiritual, en la superación personal, en la necesidad de ser amada, respetada, por mencionar algunas características.

El hombre puede ver en la vida de su esposa que tiene sueños, anhelos, proyectos. Posee un llamado y como esposo debe ser medio de bendición para que pueda llegar a lograr sus objetivos.

Tratar con respeto a la mujer es decir hablar con educación, cuando exista algún desacuerdo escoger el mejor momento para negociar y llegar a un acuerdo sin gritos y sin utilizar palabras que ofendan, ya que escucharan los hijos  pues ellos terminaran usando sus palabras y actitudes.

Los dones, talentos, ministerios que posee su esposa  deberán buscar la forma de potencializarlos. Es triste ver que  los esposos logren estudios  de alto rango, con un currículo muy elevado y las esposas en el hogar aisladas, es necesario que ambos deban ser reconocidos por sus trayectorias exitosas.

En la epístola a los Efesios capítulo 5:26-27 dice: Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentarla a sí mismo una iglesia gloriosa que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

William Barclay dice: El marido es cabeza de la mujer, cierto; Pablo lo dice, pero también dice que el marido debe amar a su mujer como Cristo  amó a la iglesia con un amor que nunca ejerce una tiranía de control sino que esté dispuesto a hacer cualquier sacrifico por el bien de la esposa. Debe ser un amor sacrificial. Debe amar como Cristo amó a la iglesia y se dio a si mismo por ella. No debe ser nunca un amor egoísta. Cristo amó a la iglesia no para qué  la iglesia hiciera cosas por Él, sino para hacer Él  cosas por  ella.

En el hogar cristiano Jesús es el huésped siempre presente, aunque invisible. En un matrimonio cristiano no están implicadas dos personas, sino tres y la tercera es Cristo.

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