Y todo lo que hagáis,
hacedlo de corazón,
como para el Señor y no
para los hombres;
sabiendo que del
Señor recibiréis
la recompensa de la
herencia,
porque a Cristo el Señor
servís.
Colosenses 3:23-24
Mis
padres, en nuestra comunidad, fueron personas dedicadas a dar servicio entre
los vecinos, ellos siempre dispuestos a ayudar y apoyar en lo que se pudiera
sin esperar nada a cambio, muchos años después y ahora que ellos ya goza de la
presencia de Dios, he podido ver como aquello que ellos sembraron entre tantas
personas dio fruto, las muestras de aprecio y cariño fueron evidentes el día
que cada uno de ellos falleció, hoy
mucha gente les recuerda con afecto y gratitud y nos lo hacen saber, se acerca
a mi familia para ofrecer ayuda en caso de requerirlo, de alguna manera tratan
de estar al pendiente como agradecimiento a lo que mis padres hicieron por
ellos.
Y
analizando un poco la manera en lo que he podido dedicar mi tiempo sirviendo a
Dios, pienso que definitivamente fue enseñanza de mis padres, pues veía como
ejemplo el que ellos siempre estaban dispuestos a servir. Desde el primer día
que llegué a los pies de Cristo, me dispuse a servir en Su obra, sin esperar jamás el reconocimiento de alguien, pues estaba
convencida que lo hacía para el Señor e incluso sin esperar retribución de
parte de Dios, sin embargo Su Palabra dice: Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis
la recompensa de la herencia, porque
a Cristo el Señor servís. Colosenses 3:23-24 y al día de hoy puedo ver
como Dios es fiel y bendice mi vida.
Hay
muchas cosas que debemos enseñar desde pequeños, pero la mejor manera en la que
ellos pueden aprender es con el ejemplo, así que hoy te invito a que tus hijos
vean que sirves a Dios para que ellos también anhelen servir a Dios con gozo.
Queremos
orar por ti
Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
para Eben-ezer
Búscanos
y síguenos en Facebook
0 comentarios:
Publicar un comentario