martes, mayo 02, 2017

JESÚS EN EL APOCALIPSIS



y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara,
ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará;
y reinarán por los siglos de los siglos.
Apocalipsis 22:4-5

Recuerdo con gran nostalgia a uno de mis hermanos en Cristo, miembro de nuestra congregación que solía cantar con cierta frecuencia este canto:

Yo sólo espero ese día cuando Cristo volverá.
Afán y todo trabajo para mí terminarán,
Cuando Jesucristo venga, a su reino me llevará.

Ya no me importa que el mundo  me desprecie por doquier,
Ya no soy más de este mundo, soy del reino celestial.
Yo sólo espero ese día cuando me levantaré
De la tumba triste y fría con un cuerpo ya inmortal.

Entonces allí triunfante y victorioso estaré,
A mi Señor Jesucristo cara a cara le veré.
Allí no habrá más tristezas, ni trabajos para mí,
Con los santos redimidos al Cordero alabaré.

Hace algunos años nuestro hermano  fue llamado a la presencia del Señor, y por fe sé que él ha visto esa promesa cumplida, que ese himno que él entonaba con gran gozo hoy es una realidad, pues él como creyente en Cristo fielmente espero la promesa: ver cara a cara a nuestro Rey de reyes.

Desde el Antiguo Testamento se habla del Mesías, del Salvador del mundo, del Redentor, y vemos en el Nuevo Testamento el cumplimiento de las profecías, sin embargo Jesucristo habla sobre su segunda venida vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:3 ¡que hermosa promesa!, Él ha prometido que vendrá y sabemos que lo hará, pero ¿estás seguro que un día  podrás ver a Jesucristo “cara a cara”?  La realidad es que ver a Jesucristo cara a cara significa que has reconocido a Cristo como tu único Salvador, que has creído que Él pagó el precio de tu salvación en la cruz del calvario, y que por ello hoy eres llamado Su hijo. ¿Le verás? Yo espero que si!! ¿no estás seguro? Entonces hoy declara con toda sinceridad que crees que Jesucristo derramó Su sangre por ti en la cruz para el perdón de tus pecados y que anhelas verle cara a cara, y entonces ten la certeza de que así será.

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