jueves, enero 12, 2017

¿QUÉ HARÉ PARA SER SANADO?



Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;  
Salmo 103:2,3

Cuando venimos a los pies de Cristo, cargados de pecado, y lo conocimos como nuestro Señor y Salvador, sentimos una gran libertad que es casi indescriptible, el gozo, la paz, el perdón de nuestros pecados,  nos transformamos en otras personas, en nuevas criaturas, es tan hermoso ese encuentro que deseamos que todo el mundo goce de esa libertad que solo Cristo puede dar.

En el Salmo 103 nos dice que no olvidemos que así como Dios es el único que puede perdonarnos, también es quien nos da sanidad, en la cruz del calvario no solamente se pagó por nuestras faltas, también sufrió nuestros dolores y por sus llagas es que hemos sido sanados.

Muchas veces corremos al médico y compramos medicamentos pero si bien son un recurso que Dios mismo nos ha provisto,  no debemos de poner nuestra confianza en eso como la respuesta absoluta, los médicos se equivocan, a veces ellos mismos nos dicen que están limitados,  pero Dios no tiene límites, Él no falla, y es Él único digno de nuestra confianza, pongamos toda nuestra fe en Él y así recibamos la libertad espiritual y física que nos ha prometido, que ya ha pagado por nosotros,  jamás nos olvidemos que Dios es nuestro Médico por Excelencia,  quien ya hemos probado y comprobado esto, sabemos que Dios es fiel y verdadero  y no nos queda más que vivir con un corazón agradecido, no despreciemos tan grande sacrificio y regalo del cielo.

Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.
Salmo 91:9,10,16

Pero clamaron a Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones.
Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina.
Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Salmos 107:19-21

¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren
por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido
pecados, le serán perdonados.
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis
sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.  
Santiago 5:14-16


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