Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
Salmo 103:2,3
Cuando venimos a los pies de Cristo, cargados de
pecado, y lo conocimos como nuestro Señor y Salvador, sentimos una gran
libertad que es casi indescriptible, el gozo, la paz, el perdón de nuestros
pecados, nos transformamos en otras
personas, en nuevas criaturas, es tan hermoso ese encuentro que deseamos que
todo el mundo goce de esa libertad que solo Cristo puede dar.
En el Salmo 103 nos dice que no olvidemos que así como
Dios es el único que puede perdonarnos, también es quien nos da sanidad, en la
cruz del calvario no solamente se pagó por nuestras faltas, también sufrió
nuestros dolores y por sus llagas es que hemos sido sanados.
Muchas veces corremos al médico y compramos
medicamentos pero si bien son un recurso que Dios mismo nos ha provisto, no debemos de poner nuestra confianza en eso
como la respuesta absoluta, los médicos se equivocan, a veces ellos mismos nos
dicen que están limitados, pero Dios no
tiene límites, Él no falla, y es Él único digno de nuestra confianza, pongamos
toda nuestra fe en Él y así recibamos la libertad espiritual y física que nos
ha prometido, que ya ha pagado por nosotros,
jamás nos olvidemos que Dios es nuestro Médico por Excelencia, quien ya hemos probado y comprobado esto,
sabemos que Dios es fiel y verdadero y
no nos queda más que vivir con un corazón agradecido, no despreciemos tan
grande sacrificio y regalo del cielo.
Porque has puesto a Jehová, que
es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal, Ni plaga
tocará tu morada.
Lo saciaré de larga vida, Y le
mostraré mi salvación.
Salmo 91:9,10,16
Pero clamaron a Jehová en su
angustia, Y los libró de sus aflicciones.
Envió su palabra, y los sanó, Y
los libró de su ruina.
Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los
hijos de los hombres.
Salmos 107:19-21
¿Está alguno enfermo entre
vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren
por él, ungiéndole con aceite en
el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al
enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido
pecados, le serán perdonados.
Confesaos vuestras ofensas unos a
otros, y orad unos por otros, para que seáis
sanados. La oración eficaz del
justo puede mucho.
Santiago 5:14-16
Queremos orar por ti
Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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