HAY PALABRA DE DIOS PARA TU SEGURIDAD
Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud. Salmo 71:5
La seguridad es una necesidad básica del ser humano, desde que nacemos traemos integrado el llanto cuando no nos sentimos seguros, y la reacción de nuestros padres es cargarnos y abrazarnos, nos dejan saber que están ahí para nosotros y que nada pasa. El bebé conoce la seguridad de los brazos de sus padres y su miedo y llanto paran.
A pesar de que crecemos, y tomamos conciencia de las razones de nuestros miedos, ansiedades e inseguridades, aun necesitamos frecuentemente ese abrazo. Definitivamente una vez crecemos cada día trabajamos para conseguir la seguridad que precisamos, es una labor difícil, tardada y generalmente poco exitosa, ya que una vez consigues tu meta de tener ahorros y te sientes seguro financieramente, empiezan la inseguridad por la salud, las angustias por los accidentes o los robos, en fin, no existe póliza de seguros que te compre la seguridad que tu vida necesita para tener paz. El único que consigue llenar de paz tu alma y tu vida de seguridad es Dios.
Desde el vientre de nuestra madre nos ha cuidado, (Salmo 71:6) “En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó”. En su gracia escucha nuestro corazón y sus temores como el llanto de un bebe, él responde como padre amoroso y nos abraza y lleva en brazos, (Salmos 91:3) “Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro” (Salmos 63:7) “Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré” Ante cualquier mal, enemigo, peligro, inseguridad, Dios te socorre, Dios te protege, Dios te libra, Dios te anima, Dios te mueve, Dios te cubre, Dios te ayuda “Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?” (Salmos 18:31)
¿Por qué buscare seguridad en donde solo encontrare esperanzas efímeras? en Dios está la protección y amparo perfectos que tu alma necesita, seguridad eterna, que va más allá de la muerte. (Salmos 91: 9-10) Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. (Salmos 94: 14 y 16) Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.
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