Desde pequeño que mis padres me llevaban al templo, he
escuchado a un gran número de personas hablar de Jesús, el Hijo de Dios. El
Salvador del mundo que murió en la cruz por nosotros para ser salvos de la ira
de Dios por la abundancia del mal en la humanidad.
Unos testificando en la iglesia, otros predicando como
evangelistas o como pastores, como maestros de la escuela dominical, pero todos
siempre coincidían en algo; Él Es El Señor
de mi vida.
Cuando pienso en el significado de la palabra Señor, me asombran tantas connotaciones de esa
hermosa palabra referente a Jesús. Nos habla de autoridad, de señorío, de
potestad, de soberanía, de nobleza, de dignidad, etc.. Como no desear tenerlo a
Él como nuestro Señor si Él es lo mejor que nos puede pasar en la vida y en la
eternidad?
La Palabra dice que toda rodilla se doblará y
confesará. Lo más hermoso que puede haber es un corazón entregado y sometido a
Su señorío y rendido a Él, confesarlo en vida y no esperar a que llegue el
momento en que no se tenga otra opción más que reconocer que Él Es El
Todopoderoso y que a pesar de Su linaje, Decidió Dar Su vida en rescate por
muchos para que tuviéramos vida eterna y que por no haber aceptado en vida Su
sacrificio y Su salvación ofrecida, tener que pasar la eternidad en la
oscuridad de las tinieblas.
¿Que puedo decir de Jesús? que Su Nombre (Su persona,
Su ser) que Es sobre todo nombre (sobre todo lo que existe) y que Él Es digno
de toda honra, alabanza, honor y poder y gloria, por los siglos de los siglos,
amén. Y desde hace mucho tiempo, Él es mi Señor.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezerebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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