Una de las experiencias en las que coincidimos con los que han sido
salvos es el haber sido libertados del pecado. El conocer la verdad, a Cristo
Jesús, nos hizo libres de pecado. Antes estábamos alejados de Dios, en el mundo desconocíamos que por medio de Cristo Jesús Dios reconcilia al hombre con Él.
Aquel que cree y acepta el sacrificio de Cristo como suficiente para
perdonarnos, para hacer nuevas todas las cosas y hacernos sus hijos.
Recibe el regalo de Dios, la salvación. Lo grande del amor de Dios hacia
el hombre (Juan 3:16) hace posible que seamos libres de pecado (perdonados) y
de condenación, que es a donde conduce el pecado Aquel que no ha venido a
Cristo es esclavo pecado; por su naturaleza y por práctica. Necesita
arrepentirse, volverse a Dios. La invitación a ser libres del pecado sigue
disponible (Salmo 95:7) si oyereis hoy su voz no endurezcáis vuestro corazón…
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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