Si bien es cierto que Cristo es el Único que tiene potestad
para perdonar pecados y reconciliarnos con Dios Padre. Hay un par de acción que
nos toca realizar para que el perdón tenga el efecto requerido
Primero: a nosotros nos corresponde arrepentirnos. Es decir,
reconocer que hemos pecado ante Dios, que nuestro proceder no ha sido el que
Dios desea, que le fallamos y nos dejamos guiar por nuestra carne y no por el espíritu
de Dios. Arrepentirnos es pues un acto de no querer volver a ofender a Dios ni
volver a aquello que nos separa de su santidad.
Segunda: convertirse. Es decir, transformarse, dejar la vida
pasada de pecado y llevar una vida agradable a Dios.
Pablo dice: las cosas viejas pasaron he aquí todas son echas
nuevas en Cristo Jesús. De poco aprovecha si solo nos arrepentimos. Incluso si
creemos que ya somos convertidos al cristianismo solo de palabra, la verdad de
nada nos sirve.
Entonces, hay una genuina liberación de pecado de parte de
Cristo, sólo entonces podremos dar frutos dignos de arrepentimiento. CRISTO LIBERTA a quienes se arrepienten y está
listo para convertirse a Él
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezerebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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