Quizá parezca que la prueba o tribulación que estamos pasando, no acabará nunca. Tal vez pensemos y/o veamos que en lugar de mejorar, las cosas se ponen peor. Podemos creer que son muchas las lágrimas derramadas sin tener respuesta, sin tener consuelo.
Pero en medio de tu dolor, Jesús dice: “Serás consolado, voy a estar contigo, todo pasará. Y cuando pase, podrás gozarte y alegrarte en tu Hacedor, por la victoria que obró en ti”.
Podrás agradecer, que cuando todo se puso peor, Dios estuvo a tu lado para consolarte, para darte la palabra y el abrazo que tanto necesitabas en ese momento. Dios estuvo para sostenerte cuando quisiste dejarte caer, cansado y desesperado por las circunstancias.
La Escritura dice que tú que le creíste al Señor, serás consolado porque fue Dios quien dijo:
“Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová”. Salmo 34:19.
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”. Romanos 8:18
Son promesas que Dios cumplirá en nuestra vida, promesas en las que podemos descansar. Hoy Jesús es quien te consuela diciendo: “La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27
Jesús te dice: “Conozco tu dolor, he visto tus lagrimas, pero aquí estoy; para consolarte y para amarte”. Solo acércate porque aquí estoy para ti.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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