UNA PALABRA DE CONSUELO

Salmos 119:50 "Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque Tu dicho me ha vivificado"

La verdad es que si basamos nuestra estabilidad (en todas las áreas) en nuestras emociones o de acuerdo a lo que vemos u oímos... indudablemente caeríamos rendidos en la desesperación, angustia, frustración, etc. No hay nada más vulnerable que nuestras emociones y pensamientos, ellos van cambiando de acuerdo a la situación, sea buena o sea mala. Sin embargo, gracias a Dios tenemos algo que es inmutable, permanente, invulnerable: La Palabra de Dios. 

Si basamos nuestra Fe en aquello que Su Palabra dice, tenemos esa garantía que Él menciona en Su Palabra. 

No sabemos cómo Dios hará las cosas. No sabemos cómo Dios nos contestará, no podemos, inclusive, asegurar que lo hará de la manera en que nosotros pensamos recibirla; pero de una cosa sí estaremos seguros, que cumplirá exactamente lo que dice en Su Palabra, que si nos allegamos a Él humillados y contritos, Él no nos desecha (salmos 51:17) Y para meditar: Si Él no nos desecha, ¿Qué cree usted que hará? ¿Le dejará sin respuesta, sin solución?

Por ello nuestro Consuelo es la misma Palabra de Dios. Ella nos vivifica en los días de tribulación, ella nos recuerda la manera de pensar y de ver las cosas de Dios para que nos acoplemos a ella y aprendamos a vivir como Él.
 No hay mayor seguridad de cumplimiento, que lo que Su Palabra ha garantizado, y ese es nuestro mejor Consuelo. 

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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