jueves, julio 04, 2013

DIOS SANA TU HOGAR



A Jesús vino un centurión romano pidiendo sanidad para su criado. Cristo solo le contestó: yo iré y le sanaré.

Creer a esa declaración ya hubiese sido suficiente como para regresar a casa y esperar el milagro. Pero no fue así. Este centurión se humilló ante la personalidad de Jesús que exclamó: yo conozco la autoridad y se dar órdenes, pero tú eres tan superior a mí que yo no soy digno de que entres bajo mi techo. Solo di la palabra y mi siervo sanará… Está diciendo tu autoridad es tal que aún las enfermedades te obedecen y se retiran.
Hermanos y amigos, no basta con saber que Jesús tiene poder para sanar. Nos conviene humillarnos ante Él reconociendo su autoridad.

Dice la escritura en 2° Crónicas 7:14: Si se humillare mi pueblo,  sobre el cual mi nombre es invocado,  y oraren,  y buscaren mi rostro,  y se convirtieren de sus malos caminos;  entonces yo oiré desde los cielos,  y perdonaré sus pecados,  y sanaré su tierra.

Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer

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