Son muchos los testimonios de creyentes que vinieron al evangelio por
causa de una enfermedad que atormentaba sus vidas. Habían gastado tiempo,
dinero y esfuerzo en médicos buscando una solución, algún remedio recuperar la
salud. Como la mujer de flujo de sangre
que había sufrido y gastado todo lo que tenia y de nada le había servido pues
le había ido peor.
Pero al escuchar que Jesús estaba sanando, que libertaba a los cautivos, que resucitaba a los muertos que daba vista a los ciegos y al paralitico hacia andar, tubo la fe y la confianza de acercarse a Él con tanta seguridad, pensando que era suficiente con tocar su manto. Sabemos que para Dios no hay nada imposible, que sigue obrando milagros, que los ha hecho en nuestras vidas, que todo aquel que invoque su nombre será salvo, tengamos pues la confianza de acercarnos a Él
No importa el
nombre o lo grave de tu enfermedad, el tiempo que tengas padeciendo clama al
Señor y te responderá.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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