Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:9-10
La palabra de Dios nos habla de Zaqueo, un hombre rico, jefe de los recaudadores de impuestos, que posiblemente debía su riqueza a las ganancias mal habidas de su oficio. Probablemente en varias ocasiones escuchó hablar de Jesús, y cuando vio aquella multitud y sabiendo que ésta era causada precisamente por Jesús, quizás fue que le invadió la curiosidad pues decidió subir a un árbol sicómoro para alcanzar a verlo.
Que bendición saber que Dios tiene a cada uno de nosotros, predestinados en tiempo y espacio, con un propósito especifico, pues dice la palabra de Dios según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad Efesios 1:4-5 y muy seguramente, así como con nosotros, Dios desde el principio ya tenía este tiempo especial para Zaqueo, pues en Lucas 19:5 dice que: Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Primeramente Zaqueo había decidido subir al árbol sicómoro, que en alguna ocasión leí, el sicómoro era considerado como sucio, porque su fruto era para alimentar a los cerdos; y en esa época debió haber sido humillante para Zaqueo subirse a aquel árbol, pero cuando estamos en los planes infinitos de Dios entonces Él usa cualquier situación para doblegar nuestra arrogancia y orgullo. Algo también muy importante es que, aunque Zaqueo no le conocía, Jesús si, pues le llamó por su nombre, y no solo eso sino que le dijo que iría a su casa ¿imaginas lo que debió haber pensado Zaqueo? Dice la Biblia que: Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Lucas 19:6
Seguramente quienes hemos tenido la bendición de habernos reconocido como pecadores, y en total acto de arrepentimiento ante el Señor, viene a nuestra vidas un gozo indescriptible que nos hace querer compartir con todo el mundo lo que Dios hizo en nosotros, y entonces cuando creemos en el Señor Jesucristo es que nos es dada entre muchas más, esta promesa: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16:31 ¡si, así como pasó con Zaqueo! Jesús le dijo que iría a su casa y aunque la palabra de Dios no habla exactamente de qué pasó con la familia de Zaqueo, creo que podemos imaginar que su familia fue salva pues Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:9-10
Si la salvación ya ha entrado a tu hogar ¡gloria a Dios! , pero si aun no, tal vez así como Zaqueo sea necesario dejar atrás todo aquello que no es grato delante de Dios, tener una verdadera conversión y ésta será como un testimonio a nuestras familias y muy seguramente, en Su tiempo, Dios también tocará sus corazones, y entonces podremos glorificar aun mas porque la salvación de Jehová ha entrado a nuestra casa.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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