La oración es nuestra comunicación con Dios, es por medio de ella en Él que nuestra vida tiene la convicción de que Él nos escucha, de que Él está dispuesto a oír nuestros ruegos. Que grato seria que tan presto oráramos y Dios nos contestara. Pero no siempre es así, lo que tendríamos que aprender este día al respecto está basado en la declaración del salmo que citamos “Oh Jehová de mañana oirás mi voz, de mañana me presentaré delante de Ti y esperaré”. Primero tenemos que aprender a presentarnos delante de Dios cada mañana en espíritu, alma y cuerpo, es decir, lo más puro y consagrados que podamos porque no estaremos frente a cualquier dios. Sino ante el único Dios verdadero y el merece reverencia, santidad, fe, convicción, integridad. Presentémonos en oración correctamente delante de ÉL y Él escucha nuestra voz.
Ahora bien, el hecho de que escuche nuestra voz no garantiza que contestará inmediatamente. Dijo el salmista “Y esperaré” ay que aprender a esperar la respuesta de Dios, si no sucede este día, mañana volveré a presentarme delante de Dios y volveré a orar y volveré a esperar. Y cuando Dios considere Su respuesta en Su misericordia, al día siguiente y con más santidad volvamos a presentarnos y a orar ante el Dios todo poderoso.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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