En muchas ocasiones nuestro corazón es turbado, ya sea la pérdida de seres queridos, las dificultades, los problemas, luchas, tribulaciones, al llevar estas pesadas cargas, quizá hemos anhelamos que una mano fuerte tome nuestra carga y ansiedad, la realidad es que nosotros No estamos preparados para manejar todos los problemas que enfrentamos, pero Dios sí lo está, esa es la razón por la que nos dijo que se lo dejáramos todo a Él: "echa sobre el SEÑOR tu carga confía en ÉL y ÉL hará".
Batallamos con nuestros pensamientos acerca de Dios, especialmente durante estos lapsos en que luchamos con lo que sentimos frente a la tribulación, pero aunque “olvidemos” o estemos cegados por nuestros argumentos y sentimientos, Dios dejó un hermoso recordatorios en Su palabra de Quién es nuestra vida y lo que puede hacer con nuestros problemas, y dejó esa medicina perfecta precisamente porque conoce nuestra condición y debilidades y como el Padre Amoroso que es nos ayuda nuevamente a volver nuestros ojos ÉL, en esos momentos de dolor y de lucha, para que experimentemos diariamente Su consuelo y esperanza en nuestras vidas, esa promesa nos alienta cuando nuestro corazón es turbado y nos brinda el susurro de Su Consuelo, un susurro que puede aliviar el dolor más cortante que sufra nuestro corazón, porque SU palabra es viva y EFICAZ "Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque Tu dicho me ha vivificado" Salmos 119:50
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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