Recientemente escuché un testimonio donde fue ministrada una mujer que estaba a punto de quitarse la vida. Ella se encontraba sola en su casa, llena de problemas con su esposo e hijos. Estaba desolada, no encontraba solución y había un vacío muy grande en su corazón. Tambaleando entre la vida y la muerte, e inclinándose a ya no vivir más, decidió quitarse la vida; estaba a punto de hacerlo, hasta que alguien tocó a su puerta. Se dirigió hacia la puerta, la abrió y cuando lo hace, ve a un grupo de personas entre adultos y jóvenes, LO PRIMERO que le dijeron a aquella mujer fue: "Hemos venido desde Monterrey, sólo para decirte que CRISTO TE AMA"
En ese mismo instante lágrimas comenzaron a caer y a rodar por las mejillas de aquella mujer. Ella estaba a punto de quitarse la vida, y Dios utilizó a personas valientes para hablar con DENUEDO la palabra del Señor. Valientes y esforzados, intrépidos para hacer las cosas que Dios manda. Una persona se salvó de la muerte, pero no sólo ella, sino TODA su familia. Aceptaron al Señor Jesucristo y ahora forman parte de Su Reino.
A veces no necesitamos tantas señales para hablarle a alguien de Jesucristo. Él se encarga de las cosas, nuestro trabajo es simplemente hablar, aprovechar esa oportunidad, ir y ser valientes para declarar lo que Dios nos ha revelado. A veces conocemos personas por primera vez en la vida, nos cuentan sus problemas y es ahí donde nosotros tenemos que decirles que HAY UNA SOLUCIÓN, JESUCRISTO.
Se trata de valentía, se trata de fe, se trata simplemente de compartir lo que tú ya sabes y no quedarte callado ante un alma necesitada. Se trata que Dios respalde lo que tú ya eres, un Hijo de Dios, portador de bendiciones, canal de bendición para otros. Y es cuestión de creer, pues ellos estaban confiando en el Señor, hablando con denuedo Su Palabra, y Dios daba testimonio a la palabra de Su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios. Es cuestión de Fe.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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