Las familias bendecidas por Dios son aquellas que han entregado su amor a Dios; son aquellas que han entregado TODO lo que tienen por servir al Señor, aquellas que aunque pasen por situaciones difíciles, pruebas o decisiones determinantes que marcarán su destino como familia y como personas individuales, optan por dejar sus propios caminos y amar MÁS los caminos de Dios.
Dios siempre nos prueba y está en una constante capacitación y entrenamiento para nuestras vidas. Siempre quiere ver qué es lo que hay en lo profundo de nuestro corazón, o mejor dicho, que nosotros nos demos cuenta de ello (salmos 7:9, Deut. 8:2)
Las familias en una misma unidad, en un mismo espíritu, fomentan y facilitan que el poder de Dios se mueva con más frecuencia y con mayor intensidad, manifestando la gracia y el favor de Dios hacia con nosotros, aquellos que le tememos y guardamos Su Nombre, para quienes tenemos un corazón perfecto con Él. 2 Crónicas 16:9
Yo he visto cómo Dios bendice a las familias y a las personas que lo aman, que lo han puesto a ÉL por prioridad. He visto cómo sin pedirle NADA a Dios, sólo con un pensamiento o un deseo que pasa por el corazón, Dios concede la petición. Pues Su Palabra dice: Deléitate a sí mismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Salmos 37:4
Pongamos a Dios por prioridad, entreguemos nuestro amor a Él, que sea lo más importante, y ÉL nos exaltará, nos pondrá en alto
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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