CIUDADES LIBERADAS POR DIOS

Dios ha puesto líderes y pastores que oren por su pueblo. Moisés era un líder que intercedía por el pueblo de Israel, la vara de Dios estaba en su mano; Un líder está al frente, con el compromiso de orar e interceder por el rebaño que Dios le dio, por aquellos que están en el campo de batalla al frente de ella. Como iglesia oremos por los líderes y por los pastores para que el Señor sostenga sus manos firmes y fuertes, y dé grandes victorias a su pueblo. Los líderes no están solos, tienen a su lado colaboradores que los apoyan en toda situación, un gran ejemplo nos dio Aarón y Hur que subieron con Moisés a la cumbre, algo pasaba ahí, que cuando Moisés alzaba su mano Israel prevalecía y cuando bajaba su mano prevalecía Amalec. Dios te enseña en que momento debes de apoyar al líder o al pastor, nos dice la biblia que ellos tomaron una piedra, y la pusieron debajo de Moisés; y ellos sostenían sus manos; y sus manos fueron firmes hasta que se puso el sol. Por eso la obra de Dios necesita colaboradores que estén dispuestos a servir a Dios, a apoyar a los pastores, a sobrellevad las cargas en oración, a servir, a evangelizar, a enseñar, a cooperar y a interceder; vemos un gran ejemplo en Timoteo, de servicio a Dios y de colaborador del evangelio, “y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos”. (1 Tesalonicenses 3:2, 3).

Otro ministerio es el de Josué que él y algunos varones estaban dentro de la batalla, y él sabía y  confiaba en las oraciones de Moisés, Aarón y Hur, por eso peleó hasta que Jehová les dio la victoria. En la obra de Dios hay soldados de Cristo, que están combatiendo día tras día contra el diablo, arrebatándole almas para Cristo; enseñan la doctrina sana del evangelio, oran por todos los enfermos, oran para liberar a los encadenados por el pecado, oran por lo endemoniados y además soportan desprecios de la gente que no acepta el evangelio. Como Pueblo de Dios intercedamos por ellos, para que hablen con denuedo la palabra del Señor, y almas se conviertan a Dios; Que el Señor haga milagros y prodigios donde ellos  ministren.

Pueblo de Dios, Tu y yo tenemos una función que desempeñar en la obra de Dios; seas líder, colaborador, discípulo del Señor o solamente un miembro de tu iglesia, nos dice el apóstol Pablo: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Oremos e intercedamos que el Señor libere al país y a la ciudad de la inseguridad, de la violencia, de la inmoralidad, de la corrupción, de la discriminación, de la desintegración familiar, de la pobreza, de la drogadicción, del alcoholismo, etc. que haya buenos gobernantes y autoridades honestas; que el Señor libere a todo habitante de todo mal, del lazo del cazador y de mortandad que en medio del día destruya; que libere a las iglesias de la apostasía, que nos libere de religiosidad y de falsas doctrinas.

Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer

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