Jeremías estaba abrumado por la situación que estaba pasando. Se rodeaba de gente perversa y que no seguía los caminos de Dios. Él procuraba hacer lo bueno delante de los ojos de Dios y de los hombres, pronunciaba con sus labios cómo los mandamientos de Jehová habían estado en su boca y sobre todo en su mente y corazón; y por el contrario, todo el pueblo lo maldecía. Le rodeaban enemigos y atentaban contra su vida. Él lo único que hacía era presentarse delante de Dios y de alguna manera recordarle que le había servido, que Sus palabras le eran por gozo y alegría, pero tenía una gran afrenta y aflicción al ver que el pueblo de Dios se desviaba.
Pero a la oración de Jeremías, Dios le responde: “Si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos” Tal vez pasaba por la mente de Jeremías una rápida y fugaz idea de ser igual que los demás. Tal vez Dios que miraba el corazón, y a pesar de que Jeremías no expresó con palabras llegar a ser como el pueblo, Dios respondió con esa ordenanza y a la vez con motivación para decirle que él estaba en lo correcto, que él estaba en el camino verdadero, que siguiera adelante por donde había caminado, en seguir a Jehová.
Hoy Dios nos dice lo mismo, ante las influencias llenas de pecado del mundo, es fácil poder deslizarnos y caer en los mismos errores que los demás y llevar una vida alejada de Dios y sus preceptos, pero hoy Dios nos dice y nos manda con amor y ánimo: “Conviértanse ellos a ti” “Háblales de Mí” “Que vean que mi poder se perfecciona en la debilidad” “Que vean que es posible vivir de manera santa en un mundo perdido, porque Yo los ayudo” Hoy debemos más que nunca mantenernos firmes en aquello que hemos creído y fortalecernos en la Palabra de Dios que es verdad, que nuestro testimonio alumbre a las personas que nos rodean, que no desistamos y sigamos gritando y hablando de Dios con nuestras actitudes, nuestro hablar y comportamiento, que ellos se conviertan a nosotros, y no nosotros a ellos.
Saludos cordiales, bendiciones
Templo Cristiano Eben-ezer
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Arturo Gómez Garza
Pastor Eben-ezer
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