Cuando sacudas tus
olivos,
no recogerás las
ramas que hayas dejado tras ti
serán para el
extranjero, para el huérfano y para la viuda
para que te bendiga Jehová
tu Dios en toda la obra de tus manos
Deuteronomio 24.19
En
este pasaje bíblico Jehová ordenaba al pueblo de Israel que se extendiera a misericordia
para los necesitados.
La
familia de mi madre vivió literalmente esta ordenanza, respecto a no recoger totalmente a la hora de la siega
hasta el último grano sino que había que dejar ciertos restos de cosecha para
los pobres del pueblo que no hubiesen sembrado
por falta de recursos, así ellos podrían sustentarse y no perecer de
hambre. En varias ocasiones mi madre tuvo que esperar la benevolencia de los dueños de las parcelas
para que les dejaran entrar alrededor de
una hora y recoger algo de grano para poderse alimentar.
En
los tiempos de los jueces, Ruth la moabita después de llegar a Belén fue pues
y espigó en los campos de Booz. Luego se
levantó para espigar y Booz mandó a sus criados diciendo Y dejareis caer para
ella algo de los manojos para que los recoja. Rut 2.14, 15.
Dios
en Su misericordia deja un programa establecido de apoyo al desamparado pues
dejando deliberadamente caer espigas aseguraba a la clase más necesitada y desprotegida para que no anduviera
pidiendo limosna.
Jesús
en Su Palabra nos advierte en no poner nuestro amor en las riquezas, pues nos
dice donde este nuestro tesoro allí estará nuestro corazón. Jesús no quería que fuésemos mezquinos con
las bendiciones que nos otorgase sino que fuésemos medio de bendición para
compartirlos con nuestro prójimo que esté en necesidad.
Queremos orar por
ti
Templo Cristiano
Eben-ezer
Saludos cordiales,
bendiciones
Maná para
Eben-ezer
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