lunes, noviembre 30, 2015

AGRADECIENDO A DIOS POR SUS BENDICIONES




AGRADECIENDO A DIOS POR SUS BENDICIONES

Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo. Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre. 2ª Samuel 7:28-29

Este capítulo nos habla de cómo David sintió en su corazón el gran anhelo de edificar una casa para Dios. Una casa para que Dios morará allí, y lo externó al profeta Natán, porque hermano todo lo que queramos hacer para Dios hay que expresarlo para su gloria.

David anhela edificar casa, pero la respuesta que Dios le dio no era la que esperaba. Dios le dice que no necesita un lugar donde morar, simple y sencillamente porque todo le pertenece.  David anhelaba edificar casa para la gloria de Dios y en respuesta a ese bello anhelo, Dios establece con él un pacto, dándole la promesa de que su descendencia en la tierra sería para siempre.  Una promesa hermosa en la que Dios le declara que Él mismo le hará una casa, donde afirmará su reino y su trono eternamente. David quería bendecir a Dios y resultó grandemente bendecido.

La reacción de David ante esa bendición tan grande, fue una oración. Una oración en la que expresa su humilde aceptación de la promesa de Dios de extender su dinastía para siempre. Una oración llena de total devoción a Dios. David fue un hombre tan agradecido que al recibir una promesa lo primero que hace es glorificar el nombre de Dios, dándole gracias por medio de una sincera y hermosa oración en la que reconoce la grandeza y los favores de Dios para consigo. Los v. 18 y 19 nos dicen que David y se postró delante de Jehová, y dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?  Y aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. Al recibir David de Dios esta bendición tan grande no pudo menos que alabarlo.

En su oración, David no solo pide a Dios por él sino también por los suyos, para que ellos sean bendecidos. David pide que su casa sea bendecida para siempre. Y Dios lo hizo. La dinastía terrenal de David terminó cuatro siglo más tarde. Pero la promesa se cumplió finalmente y en su totalidad con el nacimiento del Salvador del mundo. Esta promesa se vio cumplida con el nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, descendiente directo de David.

Pidamos a Dios su bendición y no nos olvidemos de ser agradecidos con Él en el preciso momento en que la hayamos recibido. Reconozcamos que las bendiciones que hoy gozamos las hemos recibido directamente de Su mano. Seamos agradecidos y alabemos Su Nombre.

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Templo Cristiano Eben-ezer


Saludos cordiales, bendiciones

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