DESDE LOS SALMOS A TU PERSONA
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
Que traigamos al corazón sabiduría. Salmo 90:12
Que traigamos al corazón sabiduría. Salmo 90:12
Tú y yo sabemos que hoy los días se pasan volando, tan pronto como amanece, nos levantamos, comenzamos con nuestros deberes, hacemos unas cuantas cosas, y cuando nos damos cuenta ya son las 6 o 7 de la tarde, el día se nos fue como agua y no alcanzamos a hacer todo lo que queríamos. Y eso nos sucede la mayoría de las veces. Pero en este hermoso Salmo Moisés reflexiona sobre la brevedad de la vida humana (v.2-6)
En el v.1 Moisés dice: “Señor tú has sido refugio para nosotros siempre, generación tras generación”. Así como cuidaste a nuestros padres y a nuestra familia, nos has cuidado a nosotros, y eres tan fiel Señor que cuidarás también a nuestros hijos, nietos y demás generaciones. Nos has cuidado y nos cuidarás porque te hemos creído y porque te amamos Señor. Siempre nos has protegido, no importa tanta violencia y muerte que haya a nuestro alrededor, en Ti estamos seguros.
“Antes de que naciesen los montes y formases la tierra, el mundo y todas las cosas, desde el siglo y hasta el siglo Tú eres Dios”. (v2) Tú eres eterno Señor, Tú vives para siempre. “Porque mil años delante de tus ojos, son como el día de ayer, que pasó y como una de las vigilias de la noche” (v.4) Para Ti Señor, “un día es como mil años, y mil años como un día”. (2ª Pedro 3:8) Lo que quiere decir que Dios tiene todas las cosas en su mano, y hace y deshace como Él quiere, pero siempre actúa con sabiduría y amor hacia nosotros en todas las cosas.
Dios es eterno, en cambio nuestra vida es frágil, corta y pasajera. Nuestra vida es prestada, ya que el dueño de ella es Dios. En esta tierra solo estamos de paso. Solo Dios sabe cuánto tiempo vamos a permanecer aquí. Vamos a ser polvo nuevamente. Dice la Escritura: “Todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo”. (Eclesiastés 3:20). Con el paso de los años, nos marchitamos como la hierba (v.6) nos enfermamos, y nos olvidamos de nuestro Dios, para vivir como nosotros queremos. Se calcula que la vida promedio del hombre hoy en día son 70 u 80 años, pero hermanos que son 70, u 80 años en comparación con la eternidad de Dios. Por eso hermanos como dice el v.12 pidámosle al Señor que nos enseñe a contar los pocos días de nuestra vida, de tal manera que traigan sabiduría a nuestro corazón. De tal manera que nos sigamos desperdiciando nuestro tiempo en cosas vanas, en cosas que no honran a Dios, Porque si de por sí es poco el tiempo de vida que tenemos, y aparte de que es poco, en lugar de dárselo a Dios se lo damos al mundo, estamos viviendo en el error. Si seguimos así no vamos a llegar a ningún lado y mucho menos al cielo.
Mucha gente dice mañana voy a hacer esto, voy a ir a tal lugar, como si ellos tuvieran el control del tiempo en sus manos. Otros están peor sabiendo que están mal dicen: “Después busco a Dios, ahorita quiero vivir y divertirme” lo que ellos no saben que el dueño del tiempo es Dios, y que no existe mayor placer en la vida que sentir su presencia. Eso es verdadero gozo, no la diversión temporal que el mundo da. En vez de decir voy a hacer esto o lo otro, la Escritura nos enseña que debemos de decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” “porque no sabemos lo que será mañana” “porque nuestra vida ciertamente es como neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece” (Santiago 4:13-15) en un abrir y cerrar de ojos nuestra vida puede acabarse.
Así que yo te invito a que te acerques a Dios, y lo busques con todo tu corazón. Pídele que te ayude a darte cuenta de lo breve y corta que es la vida, pídele que te ayude y te enseñe q vivir como a Él le agrada. No sigas desperdiciando tu tiempo en cosas que a Dios no le agradan, ¿en todo este tiempo que has vivido así, que beneficio ha sacado? ¿Acaso ha sido mejor tu vida sin Dios? estoy seguro de que no. Mejor con un corazón sincero dile al Señor: “Quiero conocerte y vivir para Ti, pongo mi vida en Tus manos ¿Qué quieres que haga? ¿Qué propósito tienes para mi vida Señor? Enséñame a vivir como Tú quieras que viva, enséñame a hacer Tu voluntad.
Si sabemos que nuestra vida es corta, que mejor que pasar esa vida con Aquél que nos la dio, que mejor que pasarla con Dios.
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