Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. Salmo 42:8
Recuerdo una alegoría sobre la intercesión por medio de la oración, son como misiles inteligentes: durante la guerra del Golfo Pérsico se estrenó un arma muy sofisticada. Se trataba de un misil que era operado desde tierra. Los aviones sobre volaban el área a una altura superior, de manera que no eran detectados desde tierra por las filas enemigas. Pero en tierra un soldado apuntaba al blanco con un visor especial, este enviaba la señal al avión y el misil era disparado desde el aire y daba invariablemente en el blanco. De igual forma debe suceder en el diseño de la batalla espiritual.
La oración es la vía de bendición que Dios pone a nuestro alcance, solo hay que creer y acercarnos a nuestro Hacedor, con la confianza que el cumplirá sus promesas en nuestras vidas, pues sabemos que si a alguien le interesamos es a Él y es fiel y verdadero.
La oración de una madre, hace que sus hijos sean bendecidos, que Dios los guarde de todo peligro, y los conserve en el camino del bien.
La oración de una esposa, hace que su esposo sea prosperado, lo apoya en cada situación clamando a Dios para que su gracia y amor sea derramada sobre su matrimonio.
La oración a Dios tiene poder y una mujer cristiana sabe que sin ello todos sus buenos deseos y sus esfuerzos son en vano, es el poder de Dios el que necesita operar en cada hogar y es por medio de la oración intercesora que veremos el favor de Dios en los que nos rodean.
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Templo Cristiano Eben-ezer
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