jueves, mayo 31, 2018

LA MUJER CRISTIANA EN LA IGLESIA




Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí,
y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día;
yo también con mis doncellas ayunaré igualmente,
y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley;
y si perezco, que perezca.
Ester 4:16

A veces creemos que por asistir a la iglesia cumplimos el propósito de Dios para nuestras vidas, sin embargo, como mujeres de Dios se nos ha encomendado demasiado y no debemos evadir nuestras responsabilidades.

En el libro de Ester nos habla de la intercesión de esta mujer ante un rey por la vida de un pueblo cuyo destino estaba para ser extinguido por los deseos egoístas de un hombre llamado Amán. Ester fue críada al lado de Mardoqueo, su padre adoptivo, el cual se dio a la tarea no solo de instruirla, para que llegase a ser reina sino para que asumiese la enorme responsabilidad de interceder por una nación. Ella tuvo la valentía de desafiar las órdenes del rey.

Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Ester 4:13-14

Ester no solamente fue una mujer valiente si no que fue organizada y sabía cómo actuar. Ester manda decir que se pondría en ayuno ella, sus doncellas y el pueblo que estaba en Susa también ayunarían, y sí tendría que perecer al ir a interceder con el rey por la vida de su pueblo lo haría.

Ester sabía acerca del decreto. Sí la persona no era llamada ante el rey, y se presentaba con anticipación sin ser anunciado podría morir. La orden era categórica. Ester se presentó ante el rey. Lo invita a un banquete y posteriormente intercede por su pueblo y lo salva de ser exterminado.

Por su situación podemos ver a Ester huérfana. Despreciada por su origen humilde, podríamos considerarla que no había en su vida un gran futuro y por decir así la última de la fila. Pero para aquellos que aman a Dios y le sirven con todo el corazón y guardan sus estatutos, nunca hay últimos de la fila sino mujeres con un gran futuro brillante, solo basta disponer nuestro corazón al llamado de Dios, y Dios nos sorprenderá con sus proezas.

Mujer cristiana Dios anhela cumplir un propósito en ti, pero para esto tenemos que ser instruidas, amar a Dios con todo el corazón, tener sabiduría de lo alto para saber cuándo y cómo actuar y entender que sus recursos son ilimitados para los hijos de Dios con tal que cumplamos Sus propósitos.

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