Cuando a Dios haces
promesa, no tardes en cumplirla;
porque él no se complace
en los insensatos. Cumple lo que prometes.
Eclesiastés 5:4
Hay
muchas cosas que prometemos a Dios cuando tenemos una necesidad o tenemos un
agradecimiento con Él. Pero debemos de recordar y enseñar a nuestros hijos, que
cuando hacemos una promesa a Dios, hay que cumplir.
Cuando vayas a la casa de Dios, guarda tu pie. Acércate
más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios, quienes no saben que
hacen mal. No te des prisa a abrir tu boca, ni tu corazón se apresure a
proferir palabra delante de Dios, porque Dios está en el cielo, y tú sobre la
tierra. Sean, por tanto, pocas tus palabras.
Porque de las muchas ocupaciones vienen los sueños, y de la multitud de
palabras la voz del necio. Cuando a Dios hagas promesa, no tardes en cumplirla,
porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es no prometer que prometer y no
cumplir. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que
fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que
destruya la obra de tus manos? Donde abundan los sueños, también abundan las
vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios. Eclesiastés 5:1-7.
Nuestros
hijos deben saber, que hacer una promesa a Dios, y no cumplirla, puede tener
graves consecuencias. Pero cierto hombre llamado Ananías, con
Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también
su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y
dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al
Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te
quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu
corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas
palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
Hechos 5:1-5.
Muchas
veces decimos, Dios sí me sanas, sí me
das un trabajo, sí sanas a mi hijo, sí sanas a mi mama, sí me das una casa, sí
me das un carro, etc, te prometo qué voy a la iglesia, que leo más la Biblia,
que oro más, que hablo a mis amigos de Cristo. etc. Dios es grande en poder
y misericordia, y hace las cosas, pero debemos de recordar y enseñar a nuestros
hijos, que, sí prometemos algo a Dios, hay que cumplir.
Queremos
orar por ti
Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
para Eben-ezer
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