Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado (Deuteronomio 16:16–17).
En estos versículos Dios le está enseñando a Su Pueblo la manera en que deben de ser sus ofrendas. Cuando sus ofrendas eran generosas, Dios hacía que sus cosechas fueran abundantes. (Proverbios 3:9-10).
Nuestro Señor y Salvador Jesús en el Evangelio de Lucas nos dio un valioso principio en lo que respecta cuando nosotros le damos a Dios. Él dijo: Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo (Lucas 6:38).
Cuando Dios da, lo hace de manera abundante, es en gran manera Generoso y Fiel, el principio es simple, si nosotros damos, Dios también nos da y lo que recibimos de Él es mayor a lo que nosotros dimos.
Ofrendamos porque Dios así lo ha dispuesto, ofrendamos porque al hacerlo estamos agradeciendo al Señor por todo lo que nos ha dado. Nuestras ofrendas son para que la obra de Dios siga avanzando y se siga predicando el Santo y bendito Evangelio de Jesús por doquier.
Hagámonos el propósito de que cada vez que asistimos a la Iglesia demos al Señor las primicias de todo lo que Él nos ha dado.
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Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
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