Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo,
y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16:31
Creer no es fácil, sabemos que como humanos nuestra naturaleza tiende a resistirse a creer en algo o alguien y por lo general tratamos de resolver las cosas a nuestra manera. Cuando Jesús estuvo aquí en la tierra hizo grandes milagros, pero hubo mucha gente que aun viendo no creyó, trataban de buscar una respuesta basada en razonamientos y en su propia limitación, no podían entender que había alguien con tanto poder para sanar y cambiar vidas.
Los milagros de Jesús fueron muchos, pero para poder plasmar la idea principal en este tema, hablaremos del milagro en que Jesús sanó a unos leprosos.
En el libro de Lucas capítulo 17 versículos 11-19, nos habla acerca del momento en que Jesús iba a Jerusalén y en el camino le salieron 10 hombres leprosos, los cuales se pararon lejos y alzaron su voz diciendo ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!, cuando Jesús los vio les dio la instrucción de que fueran y se mostraran a los sacerdotes, y aconteció que mientras iban fueron limpiados, uno de ellos que era samaritano al ver que la sanidad había llegado se volvió para glorificar a Dios, se postro delante de Jesús dándole gracias, a lo que Jesús respondió ¿No fueron 10 los que fueron limpiados? Y los nueve ¿Dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y Jesús le dijo al hombre que regreso levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Al ver este pasaje podemos ver realmente quien era el hombre que si creía que Jesús lo podía sanar de la lepra, eran 10 hombres y de esos, solo 1 creía en su corazón que la sanidad había llegado cuando vieron a Jesús, se podría decir que cuando Jesús les dio la instrucción que fueran con los sacerdotes, el obedeció y creyó que Jesús tenía un plan, ya que en ese momento era fácil pensar que ¿Por qué no los sanaba al instante si tenía el poder para hacerlo?, pero solo nos dice que se fueron, tal vez unos desanimados y uno solo que seguía confiando. ¡Cuándo iban a imaginarse la emoción de ver como su cuerpo era limpiado!, imagínese el gozo del que creyó, porque de los demás no se menciona su reacción, solo del que vuelve agradecido con su señor, y todavía Jesús al ver la fe de aquel hombre agradecido, le dice levántate tu fe te ha salvado, no solo había sido sanado sino que también creyó en aquél que lo sanó, y Jesús en su gran misericordia le dio esa salvación que solo se obtiene por la FE de creer en el hijo de DIOS.
Dios les bendiga y que su fe sea fortalecida en Jesús nuestro Señor.
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