MUJERES
EJEMPLARES
Nuestras cartas
sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los
hombres; 2 Corintios 3:2
El apóstol
Pablo ejemplificaba al cristiano como una carta abierta, una carta que
cualquier persona puede leer y darse cuenta lo que Dios puede hacer en su vida.
(2Corintios 3:1-5)
Dicen que
nuestros actos hablan más que nuestras palabras, y esto es muy cierto, tal es
el caso de una joven que servía en calidad de cautiva, cualquiera pensaría que
ella no podría tener mayor impacto en el lugar donde estaba, Naamán era el
comandante en jefe del ejército del rey de Siria, pero tenía un problema de
salud, muy probablemente lepra, esta joven mujer les sugerirle que en Samaria
había un profeta que podría curar la enfermedad. La historia es de las más
conocidas del Antiguo Testamento. Naamán fue a Siria y Eliseo fue instrumento
de Dios para que fuera sano. Sólo el Dios de Israel podía hacer milagros así.
Su nombre, a partir de entonces, fue celebrado en Damasco. Podemos suponer que
Israel no fue atacado por partidas armadas procedentes de Siria en tanto que
Naamán fue el jefe supremo del ejército.
Es la
influencia que una persona pudo tener en el lugar donde esta, en su sociedad,
en su familia, sin tener necesariamente el puesto de más renombre, el
testimonio de esta chica fue lo que permitió que ella pudiera hablar del poder
de Dios y le hayan tomado en cuenta.
Recordemos
que día a día las personas que nos rodean están viendo nuestra forma de vivir,
nuestro testimonio puede ser para bendición si es que refleja el amor de
Cristo, recordemos que somos cartas abiertas, ¿qué lee la gente en nosotros?
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