Bienaventurado el hombre que me escucha,
velando a mis
puertas cada día,
aguardando a los postes de mis puertas.
Porque el que me halle, hallará la vida,
y alcanzará el favor de Jehová.
Proverbios 8:34- 35
Mientras
estaba en la universidad como joven impaciente, no veía la hora de terminar con
las obligaciones del estudio; hasta la fecha no he podido superar el
sentimiento de temor y nerviosismo por los exámenes ya que tenía que mantener
la beca por promedio para aminorar la carga económica a mis padres; una vez
graduada respire con libertad pensando que mi vida se haría más fácil. Como se
imaginaran, me lleve una desilusión;
tanto en mi camino profesional, así como mientras conocía a Dios y afianzaba mi
relación con Jesús me di cuenta que nunca podría dejar de estudiar y al
contrario ahora encontraba lecciones, pruebas y exámenes en cada paso que daba.
Si
bien es cierto que mucho tiene que ver el trabajo diligente y duro; la realidad
es que el seguir aprendiendo y no cerrarme a creer que lo sé todo porque
ostento un título profesional; es lo que Dios ha usado para llevarme a puestos
y alturas que nunca imagine. En la vida
cotidiana, profesional y cristiana solo existe una verdad para el éxito: Nunca
dejes de estudiar, la clave es velar en el conocimiento, anclarse en la
inteligencia y buscar la sabiduría.
Si
antes hacia un esfuerzo por mantener una beca; ahora lo hago por las
bendiciones y promesas que se obtienen al buscar la sabiduría y la ciencia de
lo alto; Al escudriñar la Palabra de
Dios y dejar que el Espíritu Santo te guie y aprendas de Sus lecciones, es lo
que te llevará a tener el favor de Dios. Ahora cada examen y cada prueba recaen
en victorias y recompensas mejores que el oro mismo. Es ahí en la sabiduría, que está el poder (Conmigo
está el consejo y el buen juicio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder
Proverbios 8:14)
Todos
los libros escritos y seminarios de prestigio nunca podrán igualar a las
lecciones que la Biblia y el redargüir del Espíritu Santo dejarán en tu vida.
Ni sus rendimientos son comparables.
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría. Y el
conocimiento del Santísimo es la inteligencia. Proverbios 9:10
Queremos
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Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
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