CRISTO LIBERTA A LOS DESCONSOLADOS
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará. Salmo 55:22a
Se cuenta una historia de que el único sobreviviente de un naufragio llegó a una pequeña y deshabitada isla. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado y cada día observaba el horizonte buscando ayuda, pero esta no parecía llegar.
Cansado, finalmente opto por construir una cabaña de madera para protegerse del sol y de la lluvia y almacenar sus pocas pertenencias.
Entonces un día, tras de adentrarse en la isla en busca de alimento, regresó a su casa para encontrar su cabaña envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido, lo había perdido todo. Quedo lleno de tristeza y rabia. "Dios, ¿Cómo pudiste hacerme esto?" se lamentó.
Sin embargo, al día siguiente fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo.
"¿Cómo supieron que estaba aquí?" preguntó el cansado hombre a los tripulantes del barco. "Vimos su señal de humo" contestaron ellos.
Hermano y amigo es fácil caer en desesperación cuando las cosas marchan mal, pero no debemos desanimarnos porque Dios trabaja en nuestras vidas aun en medio del dolor y el sufrimiento.
Cansado, finalmente opto por construir una cabaña de madera para protegerse del sol y de la lluvia y almacenar sus pocas pertenencias.
Entonces un día, tras de adentrarse en la isla en busca de alimento, regresó a su casa para encontrar su cabaña envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido, lo había perdido todo. Quedo lleno de tristeza y rabia. "Dios, ¿Cómo pudiste hacerme esto?" se lamentó.
Sin embargo, al día siguiente fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo.
"¿Cómo supieron que estaba aquí?" preguntó el cansado hombre a los tripulantes del barco. "Vimos su señal de humo" contestaron ellos.
Hermano y amigo es fácil caer en desesperación cuando las cosas marchan mal, pero no debemos desanimarnos porque Dios trabaja en nuestras vidas aun en medio del dolor y el sufrimiento.
Ninguna persona está exenta de caer en alguna depresión. Pero nosotros como creyentes tenemos las armas para vencerla y para levantarnos. Tenemos más fe y más determinación que las demás personas porque conocemos a Cristo.
Recuerde hermano que la próxima vez que su cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda y la gracia de Dios ya vienen en camino.
No hay que temer, ni que desconfiar porque en los brazos del Salvador estamos seguros. Él nos dará la paz, la tranquilidad, y el aliento que nuestra alma necesite.
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Templo Cristiano Eben-ezer
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