¿Amar a mi enemigo?
Muchas veces he escuchado eso de predicadores, pastores, evangelistas, hombres
y mujeres que le sirven a Dios pero hasta ahorita no he escuchado que digan
cómo. Muchos dan el consejo y se van y nunca vimos un ejemplo viviente. He aquí
algunas formas de amar a nuestros enemigos:
No agrediendo. Esto no quiere
decir que no evitemos que nos agredan, implica no devolver el mal con otro mal.
Juzgar para
restaurar y hacerles ver su mal proceder, sus malas acciones sin condenar (que no es lo mismo que
juzgar <determinar si algo es bueno o malo ante Dios y a la luz de las Escrituras>)
No tomar venganza por el daño
recibido, aunque a veces las circunstancias de la vida nos pongan en bandeja de
plata la oportunidad de hacerlo. La venganza es de Dios.
Perdonar en nuestro corazón el
agravio recibido por amor propio, por el bienestar nuestro, por nuestra sanidad
interna, por obediencia. No podemos evitar ser egoístas por naturaleza además
de considerar el mandamiento de cuidar nuestros cuerpos (1 Cor 3:17). La falta
de perdón daña más al que no perdona que al no perdonado.
Recordar que aquellos que nos odian y procuran nuestro
mal, es porque no tienen realmente a Cristo en sus vidas y nos dañan por una de estas 3 simples razones: 1) Por maldad
(envidia, celos, etc...) 2) Por nuestra causa (algo injusto les hicimos) 3) Por
estrategia del enemigo de nuestras almas que los usa en contra nuestra.
De lo que debemos
estar seguros es que la razón no sea la segunda causa, fuera de eso, Dios nos Fortalecerá
para pedir por ellos. Al ejercer maldad, es obvio que no hay paz ni gozo en sus
corazones, no conocen realmente a Cristo y eso es digno de compasión y
misericordia.
Dado que necesitan
a Cristo, necesitan de nuestra oración.
Debemos desearles el bien como Dios Desea el bien para todos aunque Sabe que no
todos lo buscarán. No confundir que la petición sea que se cumplan los deseos egoístas
o mal intencionados de nuestros enemigos sino los deseos de Dios para ellos,
que lo conozcan, que se reconcilien con Dios, que transformen sus vidas, se
arrepientan y se conviertan.
Nadie dijo que
fuera fácil, aunque sería menos difícil si logramos dejar que el Espíritu nos
Dirija en nuestras oraciones y que Él intercediera con gemidos indecibles (Rom
8:26)
Este es uno de los
temas más difíciles no de tratar o de compartir sino de vivir.
Queremos orar por ti
Envía tu petición a: ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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