1 Timoteo 5:4 "Aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante Dios"
Bien dicen que así como eres en tu casa y con los de tu familia, así eres Realmente. Solemos ser más "tolerantes" con las personas extrañas y más "considerados" con los ajenos que con los nuestros. Nuestro verdadero carácter se forma precisamente en nuestro núcleo familiar, con quienes convivimos a diario y no tenemos pena de ser quienes somos y hacer o deshacer, decir o no decir. Ahí se demuestra claramente la integridad de un corazón que es equitativo en todos los ámbitos de su vida.
Bien dicen que así como eres en tu casa y con los de tu familia, así eres Realmente. Solemos ser más "tolerantes" con las personas extrañas y más "considerados" con los ajenos que con los nuestros. Nuestro verdadero carácter se forma precisamente en nuestro núcleo familiar, con quienes convivimos a diario y no tenemos pena de ser quienes somos y hacer o deshacer, decir o no decir. Ahí se demuestra claramente la integridad de un corazón que es equitativo en todos los ámbitos de su vida.
Hay una ley bíblica y no solamente moral o social, es APRENDER PRIMERO a ser piadosos con nuestra propia familia y a saber recompensarlos, porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios, pues quien no se preocupa de los suyos, y sobre todo de los de su propia familia, ha negado la fe, y es peor que los que no creen. (1 Tim. 5:8)
A veces puede ser difícil ser "piadosos" con la familia, tenerles paciencia o ser amables. A veces podemos tener un corazón sincero que dice que Ama a Dios y en verdad lo "siente"... pero necesitamos perfeccionar ese Amor y Madurez en Dios, necesitamos demostrar que hemos desarrollado ese carácter de Cristo en nuestra vida con los nuestros, con los propios. Ellos deben ser los primeros en testificar que hemos cambiado para bien, que creemos en el Señor, que Cristo en verdad ha cambiado nuestro corazón y que vive en nuestro corazón.
Si solemos ser más piadosos con los de afuera que con los de adentro, algo está faltando. Aprendamos primero a ser esas personas comprensivas, tolerantes, serviciales, dispuestas con su propia familia; porque ése es nuestro verdadero corazón, porque "curiosamente" con ellos brota de manera más rápida todas las fallas de carácter y las deficiencias, pero Dios quiere transformar nuestro carácter a través de la familia que nos dio para poder ser ejemplo y luz verdadera a los otros. Si somos piadosos en lo secreto, en la "familia", no tendremos ningún problema en hacerlo con todo el corazón y con toda sinceridad con los demás, pues seremos íntegros delante de Dios.
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