Salmos 141:2 "¡Recibe mi oración como una ofrenda de incienso! ¡A Ti elevo mis manos como una ofrenda en la tarde!
La Biblia dice que debemos alabar a Dios con TODO nuestro ser, de hecho es una ordenanza, pues el salmista David se ordena a sí mismo y a su propia alma bendecir a Jehová: "Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre" Salmos 103:1
Alabarlo con todo nuestro ser implica tener esa libertad de alzar nuestras manos hacia el santuario para que reciba nuestra ofrenda y nuestra oración como el incienso y como una ofrenda de la tarde: "¡Recibe mi oración como una ofrenda de incienso! ¡A ti elevo mis manos como una ofrenda de la tarde!- Salmos 141:2
A veces no le expresamos todo nuestro amor a Dios a través de los cantos y las alabanzas. Estamos como reprimidos u oprimidos por algo ajeno a nuestra voluntad o quizá por pena o vergüenza no levantamos las manos, no alzamos nuestra voz, no hacemos nada; pero Dios desea que con todo nuestro ser lo alabemos, esto es con nuestra voz, manos, pies, con entendimiento (saber lo que cantamos) y en espíritu y verdad.
Hay una libertad hermosa y gloriosa cuando todos estos factores se unen para alabar al Señor. Nuestro espíritu, alma y cuerpo se conectan con la preciosa Divinidad y es imposible contener todo ese poder del Espíritu Santo en nuestro cuerpo. ¡Lo tenemos que expresar a través de él y Dios nos ha dado esa libertad para hacerlo! Busquémos esa Presencia de Dios, busquémos esa unción para que, como dice el canto:
"Así como David cantaba, así como David danzaba, así como David fluía en Su Presencia..." ¡Así lo hagamos nosotros! ¡Así yo quiero fluir en libertad, así yo me quiero gozar! ¡Amén!
La Biblia dice que debemos alabar a Dios con TODO nuestro ser, de hecho es una ordenanza, pues el salmista David se ordena a sí mismo y a su propia alma bendecir a Jehová: "Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre" Salmos 103:1
Alabarlo con todo nuestro ser implica tener esa libertad de alzar nuestras manos hacia el santuario para que reciba nuestra ofrenda y nuestra oración como el incienso y como una ofrenda de la tarde: "¡Recibe mi oración como una ofrenda de incienso! ¡A ti elevo mis manos como una ofrenda de la tarde!- Salmos 141:2
A veces no le expresamos todo nuestro amor a Dios a través de los cantos y las alabanzas. Estamos como reprimidos u oprimidos por algo ajeno a nuestra voluntad o quizá por pena o vergüenza no levantamos las manos, no alzamos nuestra voz, no hacemos nada; pero Dios desea que con todo nuestro ser lo alabemos, esto es con nuestra voz, manos, pies, con entendimiento (saber lo que cantamos) y en espíritu y verdad.
Hay una libertad hermosa y gloriosa cuando todos estos factores se unen para alabar al Señor. Nuestro espíritu, alma y cuerpo se conectan con la preciosa Divinidad y es imposible contener todo ese poder del Espíritu Santo en nuestro cuerpo. ¡Lo tenemos que expresar a través de él y Dios nos ha dado esa libertad para hacerlo! Busquémos esa Presencia de Dios, busquémos esa unción para que, como dice el canto:
"Así como David cantaba, así como David danzaba, así como David fluía en Su Presencia..." ¡Así lo hagamos nosotros! ¡Así yo quiero fluir en libertad, así yo me quiero gozar! ¡Amén!
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezerebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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