A todos nos gusta estar con la gente que piensa igual que nosotros o que comparte los mismos gustos, ideas e intereses; por lo menos hace de la convivencia un mejor momento y no uno incómodo o tensionante. Estar dentro de una familia que piense y actúe de la misma manera que tú es algo invaluable. Una familia es tu hogar, es ser parte de un grupo de personas con quienes puedes ser tú mismo, compartir las mismas cosas, ser amado y poder amar. Creo que formar parte de una familia que tiene la misma Fe y al mismo Señor Jesucristo es invaluable; pero creo que aún hay algo mucho mejor que eso.
No sólo basta ser parte de una Familia de Fe (que ya hay mucha ganancia en ello), pero creo que los planes y propósitos de Dios van mucho más allá que conformarnos con “creer y confesar” al único Dios verdadero, sino que como Familia, todos y cada uno de los integrantes puedan servir y glorificar a Dios a través de sus vidas y ser un ejemplo que como un grupo, la base de la sociedad, pueda lograr grandes cambios en conjunto. Felipe el evangelista, había sido elegido por los apóstoles cuando hubo la necesidad de buscar varones de buen testimonio, llenos del Espíritu de Santo y de sabiduría para asistir a las mesas. Cuando inició la persecución de la iglesia, fueron esparcidos y entonces Felipe comenzó a predicar el evangelio en Samaria. Su ministerio se desarrolló y ahora era todo un evangelista. Para cuando lo visitan en Cesarea, la Escritura declara que tenía cuatro hijas doncellas que habían recibido el don de profecía. ¿Pueden percibir la diferencia entre ser sólo una familia “creyente” a ser una familia identificada con dones y ministerios desarrollados y ejercitados? ¡Dios desea eso! No sólo “alguien” de la familia “creyente” tenía un ministerio o un trabajo especial de parte de Dios, sino que había más miembros de su familia que compartían el llamado de servir a Dios y lo estaban ejerciendo. Dios desea que seamos un impacto en la sociedad y formar parte de esa Familia de Fe que no sólo se conforma con “creer” y “asistir” a la iglesia, sino que sean reconocidos por tener buen testimonio, ser llenos del Espíritu Santo y sabiduría así como eligieron a Felipe desde un principio. (Hechos 6:3-5)
Mi llamado es que como Familia, nos comprometamos a servir a Dios y ser ejemplo. Un grupo de personas con la misma visión puede hacer mucho más que una persona bien intencionada pero sola. Mi llamado es que no nos conformemos con ser parte de una Familia que “cree”, sino que actúa y vive lo que cree; una Familia de Fe que le cree a Dios y a Sus planes y Propósitos, una Familia de Fe con ministerios, dones y talentos al servicio de Dios para glorificar Su Nombre, apoyándose los unos a los otros en este camino que aunque estrecho, está lleno de victorias y triunfos en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezerebenezertemplocristiano2009@gmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario