…Y
no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
Salmo
37:25
Dios
siempre nos quiere bendecir, Dios te quiere bendecir. Una de las maneras
es multiplicando tu dinero. Y no muchas veces que un peso se convierta en uno
de a 100. Aunque si lo crees Dios lo puede hacer.
Tal
vez hayas comprado un boleto y sale premiado y podrías decir "que suerte
tengo", cuando es Dios que obra de muchas maneras. Por todo trabajo
realizado recibimos un pago (dinero) y es nuestra preocupación que este dinero
alcance para todos los gastos que se generan en el hogar. Dios quiere
bendecir tu vida y tu dinero y nos dice cómo, obedeciendo uno
de sus mandatos que dice: traed
todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en
esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos,
y derramare sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3:10
Es
una promesa de Dios que Él nos bendecirá en grande manera y con abundancia
cuando nosotros le damos a Él, una parte de lo que Él ya nos dio primero.
Cuando
uno CREE y obedece a la Palabra de Dios, Dios se encarga de
multiplicar todas las cosas de una o de otra manera. Dios te dará la
sabiduría, ciencia y gozo para administrar lo que te da. Y no he visto justo desamparado, ni
su descendencia que mendigue pan. Salmo 37:25
¿CREES QUE DIOS
MULTIPLICA TUS RECURSOS?
Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a
Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era
temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por
siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y
ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. El
le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas
vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las
vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la
puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella
echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas,
dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas.
Entonces cesó el aceite. Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual
dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de
lo que quede. 2 Reyes 4:1-7
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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