Todos tenemos enemigos en nuestra vida cristiana, y quieren vernos derrotados, pero tenemos un poderoso gigante a nuestro lado, Jehová Dios, como dice Su palabra: Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada (Jeremías 20:11). Así que cuando estamos en circunstancias difíciles, es el momento crucial de Invocar el nombre del Señor, en alabanza y adoración, es cuando más tenemos que alabarle; ahí en medio de la oración en guerra contra el enemigo, clama y Dios manifiesta su misericordia y nos da la victoria, como dice: Números 10:9: Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.
Alaba al Señor y todos los muros de tu vida que no te dejan avanzar serán derribados en el nombre de Jesús, clama y grita con júbilo al todo poderoso y ya no habrá más muros que te detengan y Dios nos dirá como a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante (Josué 2-5).
Hermano tenlo por seguro que Dios nos dará la victoria contra nuestros enemigos, por eso nos conviene alabarle con todo el corazón. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones (1 Pedro 3:12). Si nosotros calmamos a Dios y le alabamos y adoramos, todos tus enemigos (temores, desánimos, pecado, tentación, enfermedad, debilidades, enojos, estrés, deudas, etc.) serán derrotados en el nombre de Jesús, y seremos libres, porque Jehová estará con nosotros, por eso exprésalo: Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos (2 Samuel 22:4).
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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