JESÚS EL ABOGADO PARA EL PECADOR

Un alma atribulada, un alma llena de pecado e iniquidad. No se puede acercar a su Señor aunque es su deseo, porque se siente tan sucia y miserable que piensa y percibe que no es digna de presentarse ante Su Señor y Salvador; Aquel que le perdonó la vida y Aquel que siempre le da buenas cosas aún siendo un pecador. No se da cuenta y no ha encontrado la libertad en Dios de que, mientras él esté en su cuerpo, siempre luchará contra esta carne que se opone a Dios, al Espíritu de Dios. (Gálatas 5:17)

Tendría que dejar este cuerpo ahora mismo si ya no quisiera caer en las debilidades y estar sujeto a la carne, tendría que morirse ya par fue:18a que esa lucha dejara de existir. Pero Dios nos ha dado una salida, Dios nos ha dado una Palabra que es verídica y tiene poder.

Dios nos ha dicho: "Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros; pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones" - Santiago 4:8

"Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio" -- Hechos 3:19

"Venid ahora, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán  emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana" - Isaías 1:18 

Que no nos engañe el enemigo apartándonos de Dios, haciéndonos creer que no merecemos estar en Su Presencia. De cierto ÉL no tolera el pecado, porque ÉL es Santo; pero estamos en este camino aprendiendo y luchando, caminando y madurando en el Señor. Siempre habrá esa lucha eterna entre nuestra carne y el Espíritu de Dios, mientras no dejemos este mundo esa guerra no acabará. Por eso hay que vivir cada día acercándonos a Dios, limpiando nuestras manos, purificándonos, arrepentirnos y convertirnos de nuestra maldad. Y si acaso ya hemos sido limpiados y nos hemos manchado otra vez y nos sentimos indignos, quite el Señor ese peso porque mientras vivamos en esta carne y cuerpo, siempre habrá momentos en que nos ensuciaremos, pero si en verdad es nuestro deseo estar cerca del Señor, ÉL está ahí dispuesto a limpiarnos, si venimos ante Él. 

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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