lunes, noviembre 28, 2011

LA PALABRA DE DIOS ES LA MEDICINA PARA EL CORAZÓN



Verdaderamente la palabra de Dios es medicina para el corazón; al escucharla, al guardarla y al obedecerla, producen vida para aquel que las halla y medicina a todo su cuerpo. Por eso cuan necesario es atender el consejo oportuno de nuestro Dios al escuchar y escudriñar Su palabra y aún más ponerla por obra.

Cuando usted y yo enfermamos recurrimos a un médico para atendernos y éste nos recete medicamentos con la finalidad de que nuestra salud mejore y sanemos, pero para que haga efecto el medicamento lo debemos tomar al pie de la letra; Pero hay algo que hacemos con frecuencia, el cual es un error nuestro, nos creemos suficientemente fuertes y no atendemos lo que el médico nos señaló ni escuchamos sus razones, y peor, hasta dejamos de tomar los medicamentos, y por descuido o negligencia nuestra salud empeora y la enfermedad se vuelve crónica. Así es la palabra de Dios en nuestra vida espiritual, si nosotros atendemos y seguimos la receta médica que nos ha dado el Médico de Médicos, nuestro Dios, hará el efecto necesario para que nuestro corazón sea sanado de toda esa enfermedad espiritual, de toda lepra de pecado y de todo mal que lo aceche o lo aqueje; Pero debemos de entender que si desobedecemos las indicaciones ahí prescritas, nuestra vida espiritual se deteriorará en gran manera hasta volverse crónica, y el enemigo de nuestras almas querrá vernos en la ruina espiritual. Hermanos no seamos descuidados con nuestra vida espiritual, cuidemos nuestra alma, si conocemos que nuestro medicamento eficaz es la palabra de Dios, acerquémonos confiadamente y sigamos el consejo de la palabra de Dios. Recordemos que la medicina exclusiva para el alma, es Jesús, nuestro médico por excelencia, Él llevó nuestras enfermedades en la cruz, como dice Su palabra: Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre Él; y por Su llaga fuimos nosotros curados (Isaías 53:5).

Hermanos, estemos atentos al consejo de Dios, no desviemos nuestra mirada a cosas vanas sino guardemos Su palabra, vivámosla y atesorémosla en el corazón y habrá sanidad en nuestro interior. Y como nos dice Su palabra: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal (Proverbios 4:23-27).

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

Templo Cristiano Eben-ezer
ebenezertemplocristiano2009@gmail.com

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