Al aceptar a Jesús como nuestro Señor y suficiente Salvador existe un plan hermoso para nosotros. Él tiene un propósito y una función para nosotros, quiere usarnos para su gloria y quiere desarrollar en nosotros habilidades, talentos, dones, y a través de nuestra vida cristiana testificar de su amor. Un don o ministerio que debemos tener como cristianos es el don de servicio, el cual muchos le sacamos la vuelta porque no queremos responsabilidades y no deseamos trabajar en la obra de Dios ni apoyar en las actividades de la iglesia, además mucho menos ayudar y servir a los demás. Pero que más ejemplo del Señor Jesús que dijo: Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para SERVIR, y para dar su vida en rescate por muchos (Marcos 10:45). El don de servicio es tener amor a la obra de Dios, es seguir el ejemplo de Jesús, tener la disponibilidad para servir en la iglesia, estar listo para cumplir con lo que nos manden en cualquier actividad para agradar a Dios. También es prestar atención a las necesidades de los demás. Siempre estar mirando la manera de ayudar a otros, no dejando escapar la oportunidad.
La biblia nos habla de una mujer que estuvo dispuesta a servir a Dios. Nos dice la biblia que Jehová Dios le dijo al profeta Elias: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo (1º de Reyes 17:9 - 13).
Mujer, déjate usar por Dios, deja que Él te prospere, sigue el ejemplo de la viuda de Sarepta, ella dispuso su corazón a servir y a obedecer a Jehová, y preparó el alimento al profeta Elías, al siervo de Dios, ella creyó en la promesa de Dios y con un puñado de harina y un poco de aceite, Dios la bendijo al ciento por uno. Bendigamos a nuestros pastores, a los siervos de Dios, de acuerdo a nuestra generosidad y como Dios disponga en nuestro corazón, como nos dice el apóstol Pablo en Hebreos 13:7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Recuerda que Dios bendice al dador alegre, como lo hizo con la viuda de Sarepta: Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías (1º de Reyes 17:15 y 16).
Saludos cordiales, bendiciones
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