Días después del nacimiento de Jesucristo, visitas especiales llegaron hasta donde Él estaba. Estos distinguidos visitantes eran magos que venían desde muy lejos siguiendo una hermosa estrella que habían visto en los cielos. Otras traducciones los llaman sabios o incluso reyes, y se dice que eran de algún país oriental, y que estudiaban los astros y veían en ellos los signos del curso de la historia humana.
Sin lugar a dudas podemos decir que eran sabios porque aun y cuando no eran parte del pueblo judío, mostraron un gran y genuino interés por encontrar a Jesús para poder adorarle como nuevo Rey y entregarle los mejores regalos; oro, incienso y mirra. Ellos sabían que esa estrella que estaban viendo, anunciaba el nacimiento de un gran rey; así que, sin pensarlo dos veces se lanzaron a la búsqueda de ese Rey, querían adorarle y para ello, llevaban los mejores regalos, reservados sólo para un gran personaje. Estos magos representaron anticipadamente a los pueblos no judíos que llegarían a reconocer a Jesús como el Cristo, o el Mesías Salvador.
La visita de estos hombres sabios nos enseña a nosotros como creyentes a que adoremos y alabemos a nuestro Señor siempre, y lo pongamos como el primer lugar en nuestra vida.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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