martes, octubre 05, 2010

FIELES A DIOS


La palabra “mayordomo” significa administrador o encargado; se emplea generalmente para designar a personas que administran o cuidan de propiedades o negocios ajenos.

Como cristianos es importante reconocer que el concepto de la mayordomía rige en todas las relaciones que existen entre el hombre y Dios.

“Mío es el mundo y su plenitud” dice Dios en el Salmo 50:12; lo es por derecho de creación; y en su mundo Dios puso al hombre para servirle como mayordomo. Así, que al hablar de mayordomía cristiana, estamos hablando de la característica esencial de nuestra relación con Dios.

Recibimos a Cristo, no solo como Salvador, sino también como Señor; y sobre Él, la vida cristiana se desarrolla, en sumisión diaria a su Señorío, en todo cuanto somos, tenemos y hacemos.

Y un aspecto muy importante de nuestra mayordomía cristiana son las ofrendas y los diezmos que damos para la obra de Dios

¿Qué nos enseñan estos versículos que nos hablan de la ofrenda entregada por la viuda pobre?

I.- Que Dios tiene interés en nuestras ofrendas.

El señor Jesús demostró este interés divino al buscar el sitio donde estaban colocados los receptáculos para las ofrendas. Durante todo ese día estuvo debatiendo con los líderes religiosos del pueblo, la dureza de sus corazones le entristecía. Anhelaba el Señor encontrar alguna evidencia de sincera devoción a Dios. Buscaba Jesús tal evidencia de devoción en las ofrendas del pueblo porque sabía que el dinero es parte integra de la persona misma.

Cada uno de nosotros ganamos dinero a cambio de la entrega de una parte irrecuperable de nuestro tiempo y de nuestra vida. Ofrendar a Dios dinero, entonces, equivale a ofrendarle parte de nuestra vida misma. Y para Dios la vida humana es sagrada.

II.- Nos enseña como Dios calcula el valor de nuestras ofrendas.

Las dos blancas que valían muy poco; en realidad, valían más que el mucho dinero que ofrendaron los ricos, porque era todo lo que tenía aquella viuda para vivir.

Dios desea que ofrendemos a Él en proporción a nuestras posibilidades. El diezmo es hoy en día, todavía parte de nuestro culto a Dios, es manera de mostrarle nuestra gratitud por sus múltiples bendiciones.

El pagar a Dios la décima parte de nuestras ganancias es una manera de reconocerle como el dueño de la tierra. Si un cristiano tiene $10 ¿Cuánta de esa cantidad es de Dios? Algunos contestarían que $1, pensando en cuanto es el diezmo. Pero en realidad los $10, en su totalidad son de Dios, pues el cristiano, con todo lo que tiene, pertenece a Dios

Malaquías nos enseña que el darle a Dios la décima parte que le corresponde trae la bendición divina. Hoy nosotros también como cristianos hallamos que Dios prospera a los que lo ponen como Socio Mayor en sus negocios. Al apartar primero el diezmo para Dios, hallamos que las nueve partes restantes cubren mejor nuestras necesidades que el sueldo total hacía con anterioridad

III.- Nos enseña que Dios quiere que ofrendemos a Él primero.

Los ricos ofrendaron de lo que les sobraba; trataron a Dios como mucha gente trata a otras personas, tirándoles las sobras de la mesa. Pero no hagamos así nosotros, sino de todo lo que recibamos consagremos la décima parte para entregársela al Señor y así podamos regresarle tan solo un poco de lo mucho que Él nos ha dado.



Seamos obedientes al mandato de nuestro Señor de entregarle el diezmo de todas nuestras ganancias. Seamos honestos y fieles con Dios, como Él lo ha sido con nosotros siempre. De todo corazón, honremos a Jehová con nuestros bienes y démosle las primicias de todo lo que recibamos, seamos sinceros y recíprocos con Él, que tanto nos ha dado.

Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
ebenezertemplocristiano2009@gmail.com

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