jueves, mayo 06, 2010

MUJERES DE FE



 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 
Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 
Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; 
hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. Mateo 15:25-28.


La fe es la  confianza o certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). Tener  fe real, significa creer sin ver, ¿difícil, no?
La verdadera prueba de la fe, es encontrarse ante una situación que vemos diariamente agonizar; es mirar consumirse el tiempo y observar crecer hasta volverse imposible aquella dificultad, tener fe en Dios es creerle aunque tu problema se torne cada vez más difícil.

Más que arduo es quedar firme en Dios al no ver su respuesta favorable para nosotros cuando nosotros la esperamos; La mujer de la que cuenta Mateo se encontró con una dificultad de la cual sabia no podía solucionar sola; hizo lo que debemos hacer todos, fue al encuentro de Jesús y postrándose ante El, pidió socorro; el primer paso fue dado; sin embargo respuesta desfavorable encontró a su petición, ella valiente, sabia y antes que nada con visión de la misericordia de su Señor, pone a prueba su fe, no importando la negación del mismísimo Jesús, se atreve a replicar misericordia, su fe en Dios y su misericordia, bondad y poderío fue más grande que la misma primera respuesta de Jesús, como recompensa recibe lo que solicita.

¿Cómo actuamos nosotros ante la negación de Dios? Mucho más aun, ¿cómo actuamos ante Su silencio, ante Sus respuestas para nuestro parecer tardías? 
Debemos ser como esta mujer, primero que nada conozcamos profundamente a nuestro Dios, aventurémonos a llenarnos de fe en Él, en Su sustancia, en Su poder, atrevámonos a quedarnos en oración el tiempo que haga falta, atrevámonos a replicar humildemente Su piedad, atrevámonos a reclamar una y mil veces Sus promesas, tengamos fe en Dios a pesar de, y  será entonces cuando nuestra fe obrará y recibiremos respuestas favorables y bendiciones del Señor.

Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues ¿por qué esperar lo que uno ve? No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón (Romanos 8:24 – Hebreos 10:35)


Saludos cordiales, bendiciones
Templo Cristiano Eben-ezer | ebenezertemplocristiano2009@gmail.com  

Arturo Gómez Garza
Pastor Eben-ezer
arturo_gomezgza@hotmail.com | Tel. 81-35-32-01


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