si se humillare mi pueblo,
sobre el cual mi nombre es invocado,
y oraren, y buscaren mi rostro,
y se convirtieren de sus
malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos,
y perdonaré sus pecados,
y sanaré su tierra
2 Crónicas 7:14
Seguramente
conoces la historia de Jonás, él fue enviado por Dios a Nínive pues sería destruida
debido a su maldad; Jonás a primera instancia no obedeció lo que se le había ordenado pero finalmente
Dios lo llevó hasta la ciudad para que cumpliera con el cometido.
Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día,
y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los
hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de
cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el
rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió
de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por
mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y
ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino
cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y
conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién
sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y
no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal
camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo. Jonas 3:4-10
En
lo personal, me llena de gozo este pasaje bíblico, la reacción del pueblo, la
unidad y solidaridad que mostraron, el que las autoridades del pueblo hayan también
creído en el mensaje que Dios estaba enviado y “tomar cartas en el asunto”; unánimes
creyeron, oraron, ayunaron y Dios obró
un milagro en la vida de esta ciudad, tal como lo dice Su Palabra: si se
humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los
cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:14
Hoy
te invito a que día tras día velemos y oremos por nuestra ciudad, que Dios
perdone pecados, que haya un verdadero arrepentimiento, que cada día haya más
salvos buscando el rostro de Dios y sea Él sanando nuestras ciudades.
Queremos
orar por ti
Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
para Eben-ezer
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