No temas, porque yo estoy contigo;
no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré
con la diestra de mi justicia
Isaías 41:10
Todos
quisiéramos tener días buenos, que desde que nos levantáramos todo fuere
perfecto y que, al terminar el día, llegar a casa y descansar.
Pero
la realidad no es así, debemos despertar y agradecer a Dios por el día que nos
da y pedirle que sea con nosotros y que a pesar de las dificultades que se presenten
durante el día Él sea nuestra fortaleza. Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro
pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra
sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se
turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Salmos 46:1-3
Cuando
consideremos que hemos tenido un día malo porque; me levante tarde, no prendió
el carro, se me pasó el camión, amanecí enfermo, me corrieron del trabajo, etc.
En el día del bien goza del bien; y en el
día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de
que el hombre nada halle después de él. Eclesiastés 7:14. Debemos saber
que Dios hace todas las cosas con un propósito, y que lo que sucede es para un
bien. Porque yo sé los pensamientos que
tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para
daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y
yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro
corazón. Jeremías 29:11-13.
Los
días malos, son malos, cuando hemos perdido la comunión con Dios. Porque,
aunque el día sea malo, si tenemos a Dios, Él lo cambia todo en gozo. Has
cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
Salmos 30:11.
Queremos
orar por ti
Templo
Cristiano Eben-ezer
Saludos
cordiales, bendiciones
Maná
para Eben-ezer
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