Bienaventurados los que habitan en tu casa;
Perpetuamente te alabarán. Salmo 84:4
El autor de este Salmo, anhela fervientemente
encontrarse con Dios en Su Santo Templo, desea con todo su corazón estar en la
Casa de Dios, para buscarle a Él. Es muy cierto que podemos encontrarnos con
Dios en cualquier parte y en cualquier
momento, porque la Escritura nos dice que de Dios es la tierra y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan (Salmo 24:1), pero como creyentes sabemos que
asistir al lugar que se ha dedicado para Dios, nos ayuda a alejarnos del
bullicio de cada día, de los afanes que nos asaltan constantemente, y esos
momentos dedicárselos únicamente a Dios.
Esos momentos que tanto necesitamos,
en los cuales meditamos en las verdades guardadas en Su Palabra, instantes en los que podemos
orar y conversar con nuestro Creador tranquilamente. Como decía un miembro de
nuestra Congregación: “asistir a la Casa de Dios en miércoles, es como
encontrar un oasis en medio del desierto” en el cual nuestra alma se refresca y
somos saciados por Dios.
Al asistir a la Iglesia, encontramos gozo,
pues nos gozamos en el Señor, ese gozo no lo encontramos en el edificio, sino
al cantarle al Señor en alabanza y en adoración, ese gozo lo encontramos en la
predicación de Su Palabra y en la comunión con nuestros hermanos en la fe.
Por el sacrificio de Jesús, es que hoy
tenemos el honor de poder congregarnos en Su Nombre, de poder levantar nuestras
manos en reconocimiento de Su grandeza y de quien es Él. Somos más que privilegiados
al poder acercarnos a Él y poder ser llenos de Su Divina Presencia.
Dios puede llenarnos de Su presencia en
cualquier lugar, es cierto, pero cuando ve desde Su Trono, a un grupo de
creyentes buscando Su Rostro, con sus manos en alto, alabándole, orando a Él, en
Su misericordia abre las ventanas de los cielos y derrama su hermosa Presencia,
la unción de Su Espíritu Santo y abundantes y grandes bendiciones, porque la
alabanza de Su pueblo llega hasta Él como una ofrenda de olor fragante, y en
respuesta a ello, con amor los bendice. (Salmo 133:1-3)
Definitivamente en mi caso, puedo decir con
toda seguridad al igual que el Salmista,
que es mejor estar en la casa de Dios un día, que toda una vida lejos de Él.
(Salmo 84:10)
Queremos orar por ti
Envía tu petición a: ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
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