Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad
creyeron en él
por la palabra de la mujer.
Juan 4:39
De todo lo que hacemos, damos o decimos, recibimos algo a
cambio. Ya sea bueno o malo según lo que hayamos hecho, dado o hablado. No os
engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también
segará. Gálatas 6:7
Servir a Dios es hacer, dar y hablar de lo que Dios es. Y
al hacerlo recibiremos la recompensa (MANA) de Dios. La recompensa de Dios es
de muchas maneras, según la necesidad que Dios vea en tu vida, pues el conoce
todas nuestras necesidades. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4:19
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio
a toda criatura. Marcos 16:15. Predicar el evangelio es servir a Dios.
JESÚS Y LA MUJER SAMARITANA.
Y le era necesario pasar por Samaria. Vino una mujer de
Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. La mujer samaritana le
dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber?, respondió Jesús y le
dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber;
tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, ¿De dónde,
pues, tienes el agua viva? Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de
esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no
tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua
que salte para vida eterna. Y Jesús le declaro toda la vida de la mujer. Le
dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga
nos declarará todas las cosas. Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: Venid,
ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? Entonces
salieron de la ciudad, y vinieron a él. Y muchos de los samaritanos de aquella
ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo:
Me dijo todo lo que he hecho, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por
tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste
es el Salvador del mundo, el Cristo. Juan 4:1-42.
La samaritana sirvió a Dios anunciando a su pueblo que
Jesús era el Cristo, su recompensa (MANA) el pueblo creyó en Jesús por sus
palabras.
Hay muchas maneras de servir a Dios: orando, colaborando
en la iglesia (cocina, aseo, económicamente, enseñando, cantando, siendo buen
ejemplo, etc.). Sirviendo a Dios recibiremos su recompensa (MANA).
Queremos orar por ti
Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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