Y las enseñareis a vuestros hijos,
hablando de ellas cuando te sientes en tu casa,
cuando andes por el camino,
cuando te acuestes, y cuando te levantes.
Deuteronomio 11:19
Este
consejo daba Moisés al pueblo de Israel de parte de Jehová para que el pueblo
no se apartara de su camino, ni de sus
mandamientos.
El
pueblo de Israel celebraba las fiestas solemnes porque había un objetivo: que
no perdiera la visión de rendir adoración por los beneficios recibidos y
recordar de donde había sido rescatado. De generación en generación los tiernos cuidados que Jehová daba a Su
pueblo y la provisión de agua alimento, protección y dirección de día mandaba
la nube para que los rayos incandescentes del sol no les quemase y de noche la
columna de fuego los alumbraba. Les proveyó mandamientos para que fuesen
también un pueblo instruido y ordenado que no careciera de dirección en medio
de las demás naciones.
Al
igual que el pueblo de Israel nuestros hijos no solamente llevarlos en el buen
camino sino explicarles, por qué creemos en Dios; cómo estaban nuestras vidas cuando vagábamos sin
fe y sin esperanza. Hablar las promesas que Dios tiene para nosotros
como Su pueblo, con Sus mandamientos y Sus
estatutos.
Crecí
en una familia cristiana y no olvido los
momentos que vivimos en casa pues cada noche nos reuníamos alrededor de la mesa,
testificábamos la maravillas que Dios manifestaba a la familia en el trabajo o
en la escuela. Nunca nos íbamos a la cama enojados con nuestros padres, si
alguien de la familia se sentía mal orábamos todos unidos clamando por sanidad,
si alguno de mis hermanos en la noche tenia pesadillas todos corríamos a orar
por él; somos ocho hermanos y asistíamos
con regularidad a la iglesia, entonábamos cantos en las noches, y por sobre
todo meditábamos en Su Palabra, aprendimos salmos completos y todo esto ayudó
mucho en mi formación y convicción como cristiana.
Hoy
día sigo la misma enseñanza pero ahora lo hago con mi familia, cada noche nos
unimos para agradecer los favores y misericordias de Dios haciendo altares
familiares, meditando en Su palabra y hemos visto la gloria de Dios en nuestras
vidas.
Si
quieres vivir una vida en Cristo yo te invito que aceptes a Cristo como tu
salvador. Y así poder instruir en Su
palabra a tu familia. Que Dios te Bendiga.
Queremos orar por ti
Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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