AGRADECIENDO A DIOS POR SUS BENDICIONES
Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas. Salmos 75:1
Día a día El Señor derrama sobre nosotros grandes bendiciones. La biblia dice que nuevas son cada mañana sus misericordias; La vida, salud, las fuerzas, la capacidad, la gracia, los recursos, el sustento, el abrigo, la paz y tantas bendiciones más vienen de Él y no podemos pagarle todo lo que El hace por nosotros. Lo que si podemos es reconocer que toda buena dádiva viene de Él y que por su bondad nos las concede. Por más cotidiano que a veces nos parezcan las cosas, hasta por lo más extraordinario, mostrémosle nuestra gratitud.
El Salmo 100: 4,5 nos exhorta Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones. Si hay algo que desagrada a Dios es la falta de gratitud y cuando no se reconocen sus obras, que Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos.
Hubo un rey llamado Nabucodonosor que tuvo que aprender a reconocer que todas las cosas le pertenecen a Dios; La soberbia de su corazón no le permitía ver que sin la voluntad de Dios no se mueve ni la hoja de un árbol. Un día paseando por el palacio dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. Porque Dios paga abundantemente al que procede con soberbia Tiempo después Nabucodonosor reconoce que es Dios quien gobierna y dice: Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo. ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Daniel 4:2,3 Ojala y no tengamos que perderlo todo para darnos cuenta de lo que teníamos, sigamos el consejo del salmista, y démosle gracias a Dios porque todas las cosas son suyas, y por su bondad nos las da para que las disfrutemos y compartamos sus maravillas.
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