El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por
tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2ª Pedro 3:9
Jesucristo
está esperando que más pecadores se arrepientan y se vuelvan a Él. El regreso
de Cristo está pronto, por tanto el tiempo es corto y tenemos una muy
importante tarea que realizar. Y esa tarea es la de hablarle a la personas de Cristo,
es llevar a cabo y obedecer la gran Comisión (Mateo 28:19-20) Y a quienes
primero debemos de compartirles el poder de Dios, es a nuestra familia. Es a
ellos primeramente a los que les debemos de testificar las grandes cosas que ha
hecho Dios en nosotros. Testificarles con palabras lo que Dios hizo, pero sobre
todo testificarlo con una vida cambiada, con una vida renovada, una vida que solo la da el Señor con Su amor y Su misericordia.
Dios no
quiere que nadie se pierda, el plan para nosotros es el cielo, y quiere nuestra
salvación pero también la de nuestra casa, la de nuestra familia. Es promesa de
Dios de que si usted y yo le creemos y le entregamos nuestra vida, nuestra casa
y nuestra familia también alcanzarán esa salvación, pero el deber nuestro es
compartirles la vida eterna que Jesucristo ofrece para que por decisión propia
ellos se rindan a Él y sean salvos. Al
final de cuentas ese es el deseo de Dios para nuestra familia. (Hechos 16:31).
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Templo Cristiano Eben-ezer
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