En la lengua hay poder de vida y muerte;
es decir podemos bendecir o maldecir.
Proverbios 18:21
En
una ocasión al salir del estacionamiento para dirigirme a un evento cristiano,
me dio mucha pena ver y escuchar la manera en la que un padre bajaba a sus
hijos de su coche; por supuesto que no juzgo y desconozco el por qué el padre
estaba tan alterado y molesto, tratando a sus hijos de esa manera, sin embargo
vino a mi mente lo que dice la Palabra respecto a nuestra lengua: Con
ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están
hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y
maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. Santiago 3:9-10
Actualmente
ya no es tan común ver a los padres bendecir a los hijos, hoy, más bien, se les
ve maldecir, y esto quizás sea sin quererlo, pues la manera en cómo se les
habla marca una gran diferencia. Los padres tenemos la obligación de estar al
pendiente de los hijos, brindándoles tal vez algo mejor de lo que nosotros
tuvimos, sin embargo inconscientemente se suelen repetir patrones de conducta que
no es más que comportamientos que sirven de guía para bien o para mal,
adquiridos desde la infancia. Es por
esto que las nuevas generaciones tienen muchos más problemas de conducta que
los que pudimos tener nosotros.
Leí
que el pueblo judío tiene como tradición bendecir a sus hijos, a los varones a
los 13 años y a las mujeres a los 12 años, y por otra parte me sorprendió saber
que un 23% del total de los ganadores de Premios Nobel han sido judíos. Entonces
creo que orar y bendecir el futuro de nuestros hijos es muy importante. La bendición es una protección, es un seguro
espiritual para la vida de nuestros hijos, es una garantía de Dios, y como dice
Proverbios
18:21 En la lengua hay poder de vida y muerte; es decir podemos bendecir o
maldecir.
La
principal tarea como padres es bendecir
a nuestros hijos, para marcar sus vidas con palabras de bien, sabiduría, gracia,
prosperidad, bienestar, sanidad, etc. Recuerda que nuestras palabras los pueden
edificar o derrumbar, sanar o enfermar; démosles un buen ejemplo para que ellos
sean una generación que también sea de bendición a sus hijos, y que podamos ver
cumplida esta promesa en nuestra vida y la de nuestros hijos Porque
yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu
derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; Isaías 44:3
Queremos orar por ti
Envía tu petición a: ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
Templo Cristiano Eben-ezer
Saludos cordiales, bendiciones
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